II Marcha MTB Villasequilla

El domingo pasado acudimos a la II Marcha MTB de Villasequilla. Ya sabeis, otro madrugón y otra vez sueño. No pasa nada, somos incombustibles.

Llegamos a las 8,30 h. de la mañana, recogemos los dorsales y nos preparamos para la ruta. Como es constumbre salimos con un poco de retraso.
Por fin dan la salida, damos un gran paseo por el pueblo, "¡cómo olían los churros"! y por fin salimos al campo que es lo que nos gusta. Nada más empezar, nos obsequian con una pequeña cuesta que realmente lo que consigue es estirar el grupo. El paso no es muy elevado, lo que permite que vayamos reagrupados.





El paisaje es muy parecido al nuestro: cereales, cepas y olivos, sino fuera porque vamos 200 y pico tíos diría que es nuestra salida de los domingos.

Después de pasar Villamuelas, cogemos un buen trozo de asfalto hasta el embalse del Castro. El camino no cambia durante unos pocos kilómetros hasta que salimos ya a un camino bastante ancho que no abandonaremos hasta llegar a Mora.

Llegamos a Mora y nos neutralizan para atravesar el pueblo y para que los "galgos" disputen la subida a la Virgen de la Antigua. Por cierto, una subida muy simple de un par de kilómetros sin ningún tipo de dificultad.

El avituallamiento lo organizaron bastante mejor que el año pasado. Cogimos nuestros bocatas, piezas de fruta, dulces, agua y refrescos. Como el avituallamiento fue un poco largo, nos dió tiempo a hacernos unas cuantas fotos con la Mancha al fondo.








Por fin salimos y antes de llegar a Mora vemos una leche de las llamadas tontas, aunque él que se la dió estaba preparado ya que llevaba hasta casco integral.



El camino seguía siendo ancho. Al poco nos dan vía libre para ir como queramos o podamos. Aquí ya el grupo se desperdigó yendo cada uno como quería o le permitían sus piernas.

Llegamos a una parte de la ruta del Quijote, Río Algodor, y la bajada empieza a ser preciosa y a la vez peligrosa. El personal se tira por las cuestas como si le fuera la vida en ello, ¿verdad Antonio? menudo castañado se pegó uno delante de sus narices. Pero todo lo que se baja hay que subirlo y desde el río hasta Villamuelas es una subida continua, no muy dura, pero al fin y al cabo subida.

Desde Villamuelas, y viendo que ya queda poco hasta Villasequilla nos exprimimos a tope. La mayor parte del camino era ya cuesta abajo. Llegamos a sobrepasar los 50 km/h en algunos tramos -verdadera pasión-








Ya llegamos a Villasequilla, nos vamos a duchar, que falta nos hace.





Comemos una rica caldereta, "enhorabuena cocineros". Sorteo de regalos, como casi siempre nos volvemos con las manos vacías y de vuelta al pueblo.



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